
Como parte de su proceso artístico en SACO1.2, la artista Catherin Schöberl (Alemania-Suiza), regresó a la región para realizar talleres con la comunidad que serán clave para su exposición El desierto de las aguas, que será inaugurada en San Pedro de Atacama el 27 de junio. Su propuesta combina métodos de la performance, la danza y la cinematografía, con enfoques participativos y educativos.
Las actividades desarrolladas por la artista se llevaron a cabo en Antofagasta y Baquedano, contando con la colaboración de la facilitadora de biodanza, Natalia Olivos, la activista ambiental, Sonia Ramos y la Fundación Trascender.
El primer taller, realizado el 11 y 12 de abril, denominado El parlamento del desierto, fue un espacio dirigido a niños, niñas y adolescentes del oasis de Baquedano a 80 km del la costa, en el que pudieron aprender sobre la relación del ser humano y la naturaleza, entendiendo los principales desafíos de esta relación, así como abordar diferentes visiones del mundo.
En las jornadas se promovió, mediante el dibujo y la pintura, la sensibilización sobre los seres vivos y el complejo ecosistema del desierto, enseñando sobre la flora, fauna y otros elementos de la naturaleza, de los cuales se escogieron los cactáceas, los flamencos y el agua para la creación de piezas que serán importantes para la obra que la artista exhibirá en la bienal.





“El primer día estuvimos hablando del desierto y sus representaciones, y divididos en grupos pintaron diversos lienzos. En el segundo día, nos acompañó Sonia Ramos, para quien como activista el agua es la vida misma, un espíritu o algo emocional. Distinto a la mayoría de nosotros, que con la perspectiva capitalista que poseemos, vemos el agua solo como recurso o algo científico conocido como H20”, comentó la artista.
Por otro lado, el 26 de abril en el sector Huáscar de Antofagasta se llevó a cabo el taller de biodanza para adultos El desierto de las aguas, en conjunto con la experta en esta disciplina, Natalia Olivos, instancia que también incluyó la grabación de un cortometraje que será fundamental para la exposición de Catherin en Ecosistemas oscuros.





“Para el taller de biodanza planteé elementos del desierto como el viento, agua, flora y fauna. Mi idea del proyecto es que algunas respuestas no podemos encontrarla con la mente, pero quizás sí con el cuerpo y con una conciencia más amplia”, expresó Catherin.
Así, los participantes del taller le dieron voz a los seres que viven en las duras condiciones del desierto de Atacama, desde plantas y animales hasta microorganismos en aguas y minerales, plasmando sus necesidades mediante la biodanza. Para ello, además de expresarse mediante los movimientos, se usó un vestuario inspirado en los dibujos que los niños y jóvenes hicieron en Baquedano, generando una conexión con la naturaleza y entre los propios participantes.
“Esta vivencia, en un espacio como el desierto, le dio una particularidad distinta en términos de la conexión. Incorporamos tópicos que nos trajo Catherin y cómo a través del movimiento y el encuentro pudimos generar una reflexión a los desafíos que enfrenta el desierto. A las personas les hizo sentido la necesidad de generar espacios como estos para tomar mayor conciencia del cuidado y así poder expresarnos con la danza, la pintura, el arte, entre otras disciplinas”, afirmó Natalia Olivos, facilitadora de biodanza y quien dirigió ese día la sesión.
El desierto de las aguas, exposición resultado de estas actividades pedagógicas, se podrá visitar a partir del 27 de junio en el Espacio Comunitario de Fundación Minera Escondida en San Pedro de Atacama.