El desierto florido

Artistas: Daniel Jablonski / Brasil Espacio: La Molinera, Antofagasta

El desierto de Atacama esconde bajo su aridez un fenómeno natural de rara belleza, lo que el biólogo chileno Carlos M. Pizarro llamó en un artículo de 1965 “desierto florido”. Tan pronto como las primeras gotas de lluvia caen sobre el desierto, miles de flores brotan y cubren la región como si fueran tapices multicolores.

Esta obra aspira a mostrar al público este ecosistema dormido, aunque de forma indirecta, traduciendo las descripciones del biólogo, de gran calidad literaria, en gradientes de color. Pero va aún más allá, llamando la atención, en un segundo momento, sobre otro ecosistema “oscuro” existente en Chile: el de la industria minera. Al fin y al cabo, el periódico del propio Museo Nacional de Historia Natural, edición n. 111, año X, donde aparece el artículo científico de Pizarro, es una “gentileza de Braden Copper Company Mineral El Teniente”.

Así, se trata de trasladar al espacio expositivo las relaciones complejas existentes entre la investigación científica, el extractivismo y, ¿por qué no?, la poesía. Al observar la obra de cerca, el espectador descubre una serie de frases que fueron injertadas en la publicación del Museo por la antigua compañía estadounidense. En un tono casi épico, estas hacen un elogio indirecto de la extracción del cobre y otros metales. Sin embargo, al verla desde lejos, la obra las mantiene perfectamente ocultas por detrás de las descripciones de la flora.

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