Lo que persiste | Exposición de videoarte

Artistas: Cristián Tàpies / Chile-Corea del Sur, Diego Véliz / Chile, Gonzalo Aguirre / Chile, Felipe Ulloa / Chile y Nelson Vargas / Chile
Curadores: Dagmara Wyskiel / Polonia-Chile y Carlos Rendón / Chile
Espacio: La Molinera, Antofagasta

La jaula azul
Cristián Tàpies / Chile-Corea del Sur

Concordia
Diego Véliz / Chile

Sobreviven los huesos

Gonzalo Aguirre / Chile

Carne y hierro
Felipe Ulloa / Chile

Imágenes huérfanas
Nelson Vargas / Chile


Se dice del arte que es una expresión de resistencia en sí misma. El artista, al crear, se enfrenta al paso del tiempo, a la futilidad de cualquier esfuerzo que busque algo parecido a la inmortalidad. La raza humana, como especie, ha existido apenas en el 0.0000044% de la historia del planeta Tierra, y probablemente nos extingamos antes de llegar a un mísero, pero algo más digno, 1%. ¿Cómo se puede vivir sabiendo esto? Algo de locura tiene que haber; una rebeldía ante el tiempo mismo. Esta exposición presenta obras que, a través de un lenguaje audiovisual, hablan de aquello que parece no estar, pero está. De lo que ya no debiese existir, pero existe. Persiste.

Con Imágenes huérfanas, Nelson Vargas muestra registros perdidos, encontrados y resucitados. ¿Quiénes son esas personas? ¿Dónde están ubicados esos paisajes? ¿De dónde provienen esos ruidos? El anonimato nos intriga, pero también nos invita a crear nuevas realidades. También con materiales encontrados se construye la obra Concordia, de Diego Véliz, que alude a las disputas fronterizas entre Chile y Perú, dos países hermanos en una paz que parece, a veces, tan volátil como las minas que aún hoy esperan víctimas en el desierto de Atacama.

En La jaula azul, Cristian Tapies presenta una reflexión sútil, que invita a un estado meditativo a través de la poesía. Los bellos paisajes de Seúl chocan con la idea de una jaula permanente, recordándonos ese confinamiento que creímos haber dejado atrás, pero del que quizás nunca salimos. No se necesita un virus para permanecer encerrados. Basta con la pantalla que tenemos en las manos, o en el bolsillo.

Del entramado urbano pasamos al natural con Sobreviven los huesos, de Gonzalo Aguirre. Grabado en el Humedal Pachingo, el video muestra un ecosistema en equilibrio, donde vida y muerte se entrelazan en un ciclo de permanencia absoluta. La vida prevalece siempre y cuando haya huesos que la alimenten. Y de la fragilidad de la existencia también habla Carne y hierro, de Felipe Ulloa, que explora la condición humana a través de un sueño ácido de esqueletos, dientes, vísceras y cuerpos que se retuercen entre paisajes bélicos tanto reales como digitales. Alude a un futuro donde la guerra ha acabado con todo, pero nuestra especie, para bien o para mal, persiste.

Carlos Rendón

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