SACO termina su primera edición como Bienal con más de 30 mil visitas y amplias proyecciones para el futuro

Aluvión fue la temática curatorial de la primera versión de SACO como Bienal de Arte Contemporáneo, que en conmemoración de los 30 años de la tragedia que marcó un antes y un después en la ciudad de Antofagasta, buscaba resignificar la catástrofe, analizando, sintiendo y observando cómo su impacto puede transformarse en un paradigma de creación artística, que nos transporte a reflexiones no sólo de nuestro pasado, sino también de nuestro futuro y, sobre todo, de nuestro presente.

Catorce exposiciones conformaron el circuito museo sin museo, que contempló la participación de creadores de Chile, Alemania, Argentina, Bélgica, Brasil, Colombia, Costa Rica, España, Estados Unidos, Francia, Polonia, México y Nigeria, quienes intervinieron desde lugares emblemáticos, tales como el Muelle Histórico Melbourne Clark y el Parque Cultural Ruinas de Huanchaca, hasta espacios culturales autogestionados como Centro Cultural Casa Azul y Esquina Retornable, en una apuesta por seguir consolidando al desierto más árido del mundo como un terreno fértil para la investigación, creación y distribución artística, contribuyendo a la descentralización y democratización del acceso al arte y la cultura desde el norte de Chile.

El circuito expositivo de la Bienal SACO1.0 se extendió por dos meses y medio, permitiendo al público de Antofagasta y San Pedro de Atacama conocer el trabajo de 24 artistas de diferentes países en espacios culturales y al aire libre, alcanzando más de 30 mil asistentes.

“Cuando me preguntaron al momento de inaugurar la Bienal cuál era mi sueño, dije llegar a 20 mil visitas, es decir la mitad de lo que ha sido SACO8 antes de la pandemia, pero tenía mis dudas de si eso sería posible. Sabemos que los números no son lo más importante, pero cerrar con esta cifra nos deja muy contentos. Hemos demostrado nuevamente que el público de Antofagasta demanda cultura y disfruta del contacto directo con el arte contemporáneo, y que es un mito que el arte es elitista, hermético y que no genera resonancia en el público local”, señaló Dagmara Wyskiel, directora de la Corporación Cultural SACO.

Artistas-obras-público

El equipo de mediadores de la Bienal fue el puente principal entre los artistas, las obras y el público, conociendo en primera persona las percepciones de los asistentes a los diferentes espacios. 

“Por lo general no hablo de la obra en sí, más bien de los temas que le atañen a cada una. Noto que las personas, por todo lo acontecido en Chile y en el mundo, están más crìticas y llegan con ideas preconcebidas a visitar, entonces ahí está la labor del mediador, mostrarle a las personas que si bien lo que ven puede no gustarles, aún así se puede reflexionar, y al hacerlo la obra se completa, entendiendo que, desde mi mirada, lo más importante del arte contemporáneo es el proceso, no necesariamente el resultado final”, reflexionó el coordinador de mediadores de SACO, Gabriel Navia.

Después de un año de prohibiciones y confinamiento, volver a conectar de manera presencial con los espacios públicos, reencontrarse con el arte e interactuar con las obras, han sido algunos de los elementos más valorados por los asistentes.

“Fue una buena manera de ocupar los espacios públicos para reinventar un día familiar, viendo obras de arte contemporáneo sin necesidad de aglomeraciones y largas filas”, destacó Marcia Paredes, mediadora de la exposición Aluvión en el Muelle Histórico Melbourne Clark. “Me gustó mucho la reacción de una brasileña cuando vio la obra de su compatriota (El día después del aluvión de Carolina Cherubini). Se emocionó, no podía creer que alguien de su país hubiese llegado a exponer en Chile… Creo que esas cosas hacen más significativa la experiencia, tanto para los extranjeros que viven aquí, como para quienes mostramos las exposiciones”, complementó.

La Bienal el 2022

El trabajo de la Bienal no termina aquí. Durante el 2022, se contempla la realización de diversas actividades pedagógicas vinculadas a escuela sin escuela, área que impulsa y fomenta el desarrollo artístico en la región, tales como el Diplomado Microcuradurías, curadurías desde la marginalidad, además de los proyectos Bienal en el maletero y Paseo interestelar.

“Solo de manera colaborativa hemos logrado enfrentar los tiempos de crisis, brindando un amplio abanico de propuestas expositivas. Nos motiva mucho ver que el público de Antofagasta disfruta del contacto directo con el arte contemporáneo, estamos muy agradecidos de su buena recepción y de todos nuestros aliados privados, estatales, nacionales e internacionales, artistas, curadores, jurados, mediadores y todo el equipo que hizo posible esta edición. Cerramos las exposiciones felices y con muchas proyecciones para lo que se viene el 2022 y el 2023”, agregó Wyskiel.

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