El artista visual Máximo Corvalán-Pincheira (Chile), junto a la socióloga Cristina Bianchi (Italia), llegaron durante enero al Instituto Superior Latinoamericano de Arte (ISLA), para realizar una residencia artística dirigida a investigar los movimientos de las prendas en el agua y en el aire en lugares que fueron testigos de las desapariciones forzadas en la época de la dictadura.
Esta estadía en la segunda región les permitió explorar las cercanías de la costa de Juan López y el desierto de Atacama, recopilando por medio de videos y fotografías el desplazamiento de prendas de ropa por fenómenos naturales, profundizando en el trabajo con el norte que desarrollan conjuntamente vinculado a memoria y migración.
La dupla, durante los dos últimos años, ha realizado residencias de investigación en Gotemburgo, en Valencia, y ahora en Antofagasta, las cuales están conectadas y en palabras de Máximo “van uniéndose y sumando a una especie de libro, como si cada residencia fuera una frase que va construyendo un libro con ellas”.
Así, los proyectos La ropa sucia se lava en casa y Albayalde constituyen parte de las primeras acciones que tienen como principal materialidad prendas de vestir, y que hablan de cuerpos, políticas migratorias, así como también de la idea del blanqueamiento y desinfección. Mientras que en intervenciones como La concordia, Corvalán-Pincheira aborda las temáticas fronterizas. “En mi intento de marcar simbólicamente con salitre -en lugar de cal- llego hasta el mar, que lo que normalmente hace es borrar esta marca, entonces vuelvo a insistir, y estoy como cuatro horas en ese acto de trazar esa línea”, recordó el artista. “En este caso, lo que hago es un juego con la naturaleza, que también es algo muy presente en mi trabajo, y la idea de que para ella estas problemáticas humanas le son indiferentes”, agregó.
Por su parte, Cristina destaca que siempre le ha interesado el activismo en derechos humanos y migración, y el tema de la frontera es de gran importancia para ella. Recuerda que el año pasado les impactó mucho el tema de los residuos de los botaderos de ropa en medio del desierto, en las cercanías de Iquique. “Algo que ha salido en muchas investigaciones de Max, es que esta ropa sí puede superar las fronteras, pero las personas legalmente no pueden hacerlo, entonces la idea es hacerlo de forma poética y provocativa”, reflexionó.
Ambas líneas son las que esperan desarrollar en la obra que será expuesta en el Museo Ruinas de Huanchaca, a partir de junio. “Queremos que este trabajo esté vinculado con el agua, que es un elemento que yo utilizo mucho también dentro de mi trabajo. El agua, en este sentido, tiene mucho que ver con el paisaje fluvial chileno, con el océano, con los ríos, con las lagunas, y de alguna forma, aquellos paisajes donde se hicieron desaparecer muchos cuerpos, pero también creo que el agua tiene que ver con la idea de la limpieza, de lavar la herida”, señaló Máximo.
El artista, quiere unir la toma de la tela sumergida en el mar, con la idea de las personas lanzadas al mar en dictadura, en el marco de la Operación Retiro de televisores, para obtener de la acción esa doble lectura. “También la acumulación de ropa usada es una especie de capas de cuerpos. De hecho, siempre cuando uno va a una tienda de ropa usada tiene esa sensación, de que hay alguien que usó esto y hay una especie de carga, y acumuladas y botadas en el desierto casi como un río de alguna manera habla también de eso… es posible entenderlo como una especie de genocidio y asimilarlo también a las relaciones que hay con el cuerpo en la dictadura, y por otro lado, con el mar también”, agregó.
La participación de Máximo se enmarca en la Bienal SACO1.1 Golpe, que adhiriéndose a la relevancia que tendrá a lo largo de todo el país esta conmemoración, busca brindar un espacio para invitar a reflexionar sobre este y otros actos de violencia, en diferentes escalas y formas.
“Tierra de remolinos de arena, al lado del Pacífico, tierra de desapariciones, de frontera, de lobos marinos, de minería, tierra salada donde cada granito de tierra y de arena tienen memoria de quienes han pasado por allí: trabajadores de la minería, explotadores del territorio, esclavos, transeúntes, presos políticos. En el mar y en el desierto siguen volando sus recuerdos como prendas que danzan con el aire, con las corrientes marinas, en el medio de la vida que hoy en día se deja ver, en los oasis, en las playas, en las profundidades del océano y del desierto”, fueron algunas de las reflexiones finales del artista.
Máximo Corvalán-Pincheira (Chile)
Artista visual. Desde sus inicios, su trabajo se ha caracterizado por investigaciones asociadas con otros profesionales de distintos ámbitos, exploraciones a través de las cuales he construido relatos poéticos y políticos. En los últimos años ha trabajado sobre dos series de investigación, ambas tomando como punto de partida vivencias autobiográficas: Trazo Mutable – donde las obras se construyen a través de un laboratorio nómade que cartografía territorios y recoge historias de personas marcadas por la migración a través de entrevistas; y Proyecto ADN – , investigaciones que hablan sobre la búsqueda de identidades desaparecidas, pero también sobre especies de la flora que están por extinguirse.
Cristina Bianchi (Italia)
Socióloga y periodista. Es escritora, investigadora, facilitadora, docente en temas sociales y culturales. Es investigadora asociada de FLACSO-RD y tiene una profunda experiencia internacional en el ámbito de proyectos de desarrollo. Dos ámbitos, lo social y lo cultural, que lleva adelante de forma paralela e integrada, a través del activismo, la mediación artística, el rescate del patrimonio cultural inmaterial y la escritura periodística, con un estilo inclusivo y provocativo.
La residencia ha sido posible también gracias al aporte de CICITEM- Centro Científico y Tecnológico de la Región de Antofagasta.