Hace tres años se iniciaron las conversaciones entre SACO y el artista Óscar Muñoz (COL) con el fin de traer su obra a Antofagasta y con ello, contar por primera vez con su presencia en Chile. Tanto la agenda de Óscar, como la misma contingencia nacional e internacional, no permitieron sino hasta la Bienal 1.0 de este 2021 que este anhelo se hiciera realidad.
Óscar llegará a Antofagasta con la retrospectiva La línea del destino, exhibición retrospectiva de cinco obras en la Sala de Arte de Fundación Minera Escondida. A esto, se suma la realización de una única conferencia presencial en Chile, en la que el artista compartirá con los asistentes la extensa e intensa experiencia que lo ha llevado a convertirse en uno de los creadores colombianos más reconocidos a nivel mundial.
Óscar Muñoz vive y trabaja en Cali, Colombia, aunque nació en Popayán en 1951. Cuenta que “de ese tiempo tengo solamente unos recuerdos vagos y dos fotografías muy blancas, como esos recuerdos: una casa de clima caliente, parecido al de Cali, con largos corredores y mucha luz, patios con árboles, había un árbol de almendro grandísimo. Ese es el recuerdo que permanece de esos años en Venezuela” comentó en la entrevista con María Willis en la web Banrepcultural del Banco de la República de Colombia.
Estudió arte en la Escuela de Bellas Artes de Cali en los años setenta. Ahí empezó a experimentar con la mezcla entre dibujos e imágenes fotográficas, incursionando en la relación de la fotografía y otros soportes audiovisuales con la realidad, convirtiéndose en los ejes de su creación artística.
Ha realizado una gran cantidad de exposiciones en todo el mundo desde la década de los setenta, siendo conocido por el uso de materiales efímeros e inusuales en investigaciones de la imagen fotográfica y reflexiones sobre la memoria y la mortalidad, muchas de ellas nacidas del impacto del contexto de la guerra entre los cárteles de la droga y el Gobierno.
En 2005, fundó Lugar a Dudas, centro cultural y residencia para artistas, espacio de encuentro, trabajo y participación desde el arte en el debate público. Desde entonces, dirige el espacio a la vez que sigue creando y exponiendo en diversos países, siendo uno de los artistas visuales más importantes de su país.
Avalado por esta larga trayectoria, la retrospectiva de Óscar mostrará parte de su obra generada desde 1985 a 2011. Aquí, te contamos de las obras que formarán parte de La línea del destino.
Narciso (2001-2002)
“Narciso es atemporal, no tiene geografía ni pertenencia ninguna. De allí su potencia” dice Óscar de esta obra que escenifica un proceso de evaporación imperceptible al ojo humano en una proyección de video que plantea una postura de búsqueda del entendimiento mediante la disolución de imágenes efímeras. Esta fue la primera obra que Óscar realizó utilizando el soporte del video.
Biografías (2002)
En lugar de usar su propia imagen, el artista utiliza los retratos de diferentes personas, específicamente, imágenes de desconocidos tomadas de obituarios. Al igual que en Narciso, la imagen se deforma hasta desaparecer en un sumidero, pero vuelve a aparecer al invertir el tiempo del video. Es quizás, la representación de lo pasajero de la muerte de las personas que generalmente se diluyen en las estadísticas y los titulares de prensa, seres anónimos olvidados que regresan brevemente a la vida y a la memoria.
Sedimentaciones (2001)
Óscar retoma el recurso de la disolución, esta vez, en una mesa de revelado en la que hay un conjunto de fotografías junto a varias hojas en blanco. Las imágenes abarcan desde elementos muy conocidos e identificables a otros muy particulares y propios de Colombia. El ejercicio del artista consiste en diluir las imágenes impresas y luego hacerlas aparecer de nuevo, en un ciclo de constante reconfiguración de la presencia y ausencia.
Línea del destino (2006)
Como en casi todos los trabajos de Muñoz, que incluyen rostros y figuras que aparecen o desaparecen, en esta obra la cara del artista se convierte en un reflejo efímero que se proyecta sobre las manos del artista y el agua que fluye sobre ella, refleja sobre el agua en su mano y desaparece a medida que el líquido se escurre, involucrando nuevamente temáticas como la presencia y la ausencia, lo pasajero y lo permanente, mediante una conceptualización que se mueve entre lo físico y lo dúctil.
Editor solitario II (2011)
Se trata de una proyección vertical sobre una mesa que contiene tacos de papel sobre los que se proyectan elementos digitales en una secuencia de retratos que aparecen y desaparecen de las superficies de las mesas, ahondando en la temática de lo frágil de la imagen, fundiendo lo real y lo virtual.