Artistas: Catalina Huala (Chile), Daniela Avelar (Brasil), Iván Cáceres (Bolivia), María Celeste Gómiz (Argentina), Milagros Bedoya (Perú) y Sandy Gutkowski (Argentina)
Espacio: Muelle Histórico Melbourne Clark
Catalina Huala (Chile, 1999)
Cubrir tapar esconder
Daniela Avelar (Brasil, 1988)
El shock
Iván Cáceres (Bolivia, 1976)
Medrosidad
María Celeste Gómiz (Argentina, 1975)
Golpe blando
Milagros Bedoya (Perú, 1984)
Sin tregua
Sandy Gutkowski (Argentina, 1949)
Por la vida
¿Era la manzana del Génesis la causa de la primera rebelión? El gesto de desobediencia conduce a la pérdida de la ingenuidad, inherente al proceso de maduración. El motín contra el orden viene entonces según la tradición occidental de parte de la mano femenina, cambiando para siempre con una mascada el estéril paraíso en una existencia de carne, voluntad y emoción. El precio de cada revolución es alto y los cambios irreversibles. Los efectos del conocimiento siempre conllevan sorpresas. Como el sabor de primera la manzana.
El golpe tampoco es el fin del mundo, aunque lo puede parecer para los que han sido intimidados. Después de levantarse viene un largo periodo de volver a la anhelada normalidad, lo que se representa en superar el trauma y buscar la justicia. Ambos procesos raramente resultan satisfactorios, pues sus energías operan en direcciones opuestas: el primero desea olvidar, mientras que el segundo promete no hacerlo nunca.
Frente a los golpes y terrorismos de Estados y dictadores, los pueblos cuentan con diversas estrategias de resistencia física y simbólica. En la primera pueden aportar solo los que están en el campo de batalla. En la segunda todos podemos participar. El espíritu de cada levantamiento se plasma en los lenguajes que los artistas consideren más adecuados para captar las ideas de la sociedad oprimida. La solidaridad tiene tanto formas de medicamentos como de poemas. No hay nación que no haya experimentado un terrorismo del poder, militar, racial o religioso. No importa qué tan lejos estemos físicamente de los que hoy resisten, la experiencia universal de ser víctima del golpe y la opresión, nos permite generar resonancia y crear para el otro.
Extracto texto curatorial Bienal SACO1.1 Golpe