Ensayo sobre Murus Opus de Borghildur Indriðadóttir (Islandia)

Estudiante María José Sánchez  | Electivo de estética, Antofagasta International School

Tras el Golpe de Estado de 1973, Chile se convirtió en un símbolo de lucha contra la dictadura y represión vivida en América Latina. La solidaridad internacional hacia el pueblo chileno se hizo sentir en todo el mundo debido al exilio de miles que  emigraron en busca de libertad. Para los chilenos es de conocimiento popular aquellos sucesos ocurridos durante esos 17 años de dictadura, los hemos visto en libros, en medios de comunicación y en conversaciones familiares. Las diferentes visiones sobre el quiebre de la democracia son bastante variadas debido a diferentes bandos políticos, vivencias familiares o personales; muchos lo justifican y otros lo condenan, algunos lo hablan y otros lo callan.

Sabemos qué significó para Chile, pero ¿nos hemos preguntado la visión del resto del mundo? Esta exposición fotográfica de la artista islandesa Borghildur Indriðadóttir encarna precisamente eso, la percepción islandesa de lo ocurrido el 11 de septiembre de 1973 en Chile. Nos invita a reflexionar, a ir más allá y preguntarnos cómo fue para el resto del mundo enterarse de la existencia de un país largo y estrecho en donde de un día para otro la democracia dejó de existir.

Las fotografías corresponden a un bar bohemio islandés, el preferido de la artista. Borghildur caracteriza y sella sus obras con la interacción entre lo visible, lo tangible y lo oculto y esta exposición no fue la excepción. Se puede apreciar las mesas de un lugar que parece ser un local, en las paredes se ven sombras, no muy claras, pero que dejan mucho a la imaginación. ¿Cuántas personas llegan a un bar, restaurante o cafetería al día? ¿Cuántas personas se han sentado en el mismo lugar? Aquellos asientos guardan mucha memoria y han sido testigo de grandes conversaciones cotidianas.

Son seis fotografías que hacen alusión al bar y al final se puede apreciar la portada de un diario islandés que data de 1973, precisamente, el 13 de septiembre de aquel año. Es sorprendente cómo en aquella época llegaba una noticia desde Chile en tan solo 2 días. Es inevitable preguntarse qué opinaron los islandeses al enterarse. Los imagino sentados, compartiendo en el bar, comentando sobre sucesos aparecidos en el diario mientras toman algo. Me pregunto cómo habrá cambiado su día tras enterarse de un suceso tan violento en un país tan lejano. Islandia es un país pacifico y tranquilo, alejado, la artista comenta cómo sus compatriotas no estaban acostumbrados a ver este tipo de atrocidades, por lo que la curiosidad debió ser inmensa.

Todas aquellas sombras representan a distintas almas, distintos mundos, distintas visiones que pudieron haber experimentado compasión, curiosidad, histeria, piedad u otra emoción despertada tras el reciente Golpe de Estado ocurrido en un país tan desconocido hasta su quiebre en violencia.

El título de esta obra es Murus Opus. En latin, murus significa muro y opus significa obra, lo que resulta ser “obra en un muro”. “La edad de las paredes se mide con la escritura que los cuerpos dejaron sobre ellas. Son como hojas en blanco que con el tiempo se llenan de contenido. Pero no de mensajes legibles, sino de códigos, garabatos, manchas, todo un lenguaje críptico que como arqueólogos tratamos de descifrar. Es un mundo de formas lleno de misterio” (SACO, 2023).

La gran mayoría de los artistas presentes en SACO pretenden que cada espectador saque sus propias conclusiones respecto de sus obras. El efecto producido por las sombras presentes en cada fotografía del bar da la sensación de que algo nunca estará del todo vacío, siempre habrá una historia detrás. Los lugares guardan memoria y tanto en aquel bar como en todo Chile, aún existe la memoria de lo ocurrido hace 50 años.

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