Como es tradición, la Bienal Internacional de Arte Contemporáneo SACO emprendió el viaje de contextualización a la localidad de Quillagua junto a los artistas de la exposición Golpe y PATRIA, además del jurado de la edición y los editores del libro de la Bienal SACO1.1.
Ansiosos por recorrer cientos de kilómetros por el desierto más árido del planeta, los participantes se embarcaron en un viaje de contextualización hasta lo profundo del Desierto de Atacama, coordinado por la bienal SACO.
El destino final era Quillagua, histórico oasis de la comuna de María Elena y referente patrimonial de la región de Antofagasta. En el lugar, el grupo compartió con la comunidad y estudiantes de la Escuela G-15, Ignacio Carrera Pinto, en el taller Tizar ancestralidades, a cargo de Celeste Gómiz (Argentina) y Daniela Avelar (Brasil), en donde experimentaron con técnicas de fieltrado, modelado y amasado de vellón natural de oveja.
Este espacio de encuentro con la naturaleza inhóspita del desierto además permitió a los artistas volver a la esencia y recargar los sentidos, para absorber una infinidad de formas, texturas y colores que brinda el paisaje, volviéndose todo inspiración para las acciones efímeras que realizaron en el Valle de los Meteoritos.
Una de las artistas que realizaron estas acciones en el valle fue la argentina Celeste Gómiz, para quien el desierto es un enigma y una certeza. El enigma de lo inconmensurable y la certeza de la profunda belleza.
“Mi corazón latió muy fuerte con el viaje al desierto, el más árido del mundo. Mi alegría fue enorme al ir después de inaugurar la muestra en el muelle, fue muy mágico. Nos adentramos en el paisaje con los compañeros con quienes vivimos una semana de trabajo, conversando, viendo sus obras en proceso. Para mí fue un doble regalo encontrarme con el oasis de Quillagua”.
A Celeste el paisaje le recordó a los Valles Calchaquíes, en Argentina, y para ella la visita fue metafórica, e inspiradora de una acción efímera grupal con la participación de los demás artistas. “Estas formas geológicas maravillosas me hicieron sentir que éramos semillas germinando y cuando le propuse al grupo ser parte de esta acción enseguida dijeron que sí. Así, armamos este círculo afectivo y poderoso, donde pusimos una intención en una piedra que fuimos recubriendo, protegiendo y abrigando. También pensando en esa piedra y sus múltiples posibilidades metafóricas de ser un ser querido, nuestro planeta o algo en nosotros que queremos cuidar. Todos conectamos con algo muy muy profundo y nos emocionamos”, relató.
En otras acciones también participaron Paula Carmona, de la Colectiva Poética de la Urgencia (Chile), quien realizó una intervención artística flameando una bandera negra con la leyenda, En mi memoria, en medio del desierto más árido del planeta; y el artista boliviano Iván Cáceres, quien invitó a la reflexión con un acto performático lleno de simbolismo desde la desnudez del cuerpo humano.
Acción efímera de Iván Cáceres (Bolivia)
Participaron de esta experiencia: Catalina Huala (Chile), Daniela Avelar (Brasil), Iván Cáceres (Bolivia), Celeste Gómiz (Argentina), Milagros Bedoya (Perú), Sandy Gutkowski (Argentina), Fernando Foglino (Uruguay), Marcio Harum (Brasil), Zinaida (Ucrania), Paula Carmona (Chile), Hernan Pacurucu (Ecuador) y Małgorzata Kazmierczak (Polonia), además de parte del equipo de SACO.